Qué es una Semilla


En primer lugar, una semilla es un organismo biológico que cuenta con la información genética para desarrollar una planta íntegra, en este caso de cannabis. Podemos pensar a esta información como el potencial último de ese ejemplar, pero de ningún modo como una garantía de que ese potencial va a ser alcanzado. El genotipo de un ser vivo es, a la vez, su origen y su destino abstracto, pero en su desarrollo interviene el mundo real, las condiciones ambientales (temperatura, humedad, luz), así como el medio o sustrato que se le brinda a la planta. Ninguna genética puede suplantar estos determinantes concretos y una falla en cualquiera de ellos implicará el fracaso de ese proyecto de ser que comienza en la semilla. Por nuestra experiencia podemos indicar una serie de errores que, juntos, explican más del 80% de los fracasos en el cultivo de cannabis:

  1. Fallas en la germinación.
  2. Fallas en el estado de plántula.
  3. Exceso/Déficit de agua
  4. Exceso de fertilización
  5. Exceso de potencia lumínica para el estadio de la planta.


Los dos primeros puntos son sobre los que nos vemos compelidos a explayarnos en tanto proveedores de semillas. La germinación es el proceso que comienza el desarrollo de la planta y está marcado por el sometimiento de la misma a condiciones determinadas de temperatura, humedad y aire. La semilla puede sobrevivir años en condiciones de humedad bajas —para eso está sublimemente diseñada por la naturaleza—, pero una vez que la germinación inició y se asoma la radícula unas cuantas horas de sequedad implican la muerte de la planta. De manera que la germinación es un proceso extremadamente sensible que recomendamos realizar en 2 pasos: primero dejando que la semilla flote en una solución de agua con agua oxigenada y luego en un tupper con papel adsorbente humedecido con pulverizador, para no excedernos en la cantidad de agua. La cama de papel debe hacerse con más de 4 hojas por debajo y otras 4 por encima, levemente humedecidas, lo que nos da una especie de resguardo a medida que la humedad se evapore (lo cual será mínimo gracias al recipiente). Todos los días debemos abrir el tupper y verificar las condiciones. Si al abrir se percibe cualquier tipo de olor, se impone reemplazar el tupper y el papel por otros ya que es posible que se estén comenzando a desarrollar hongos (de allí la importancia del agua oxigenada). Puede acudir a la guía paso a paso de germinación que se halla en nuestras historias destacadas.

El otro momento sensible es la colocación de la semilla, ya con su radícula a cuestas, en el sustrato. Usar tierra del jardín, a no ser que uno sepa lo que está haciendo (compost, etc.), es la garantía de fracaso. Dicha tierra común, la mayor de las veces no brindará la aireación necesaria y con los riegos se irá haciendo cada vez más impenetrable acabando por impedir el desarrollo radicular. El sustrato que adquiera en cualquier vivero será apto para cannabis. En la primera semana en sustrato personalmente riego con pulverizador, para hacer sutil el agregado de agua y poder ponderar mejor las cantidades. En esta instancia no es necesario ningún fertilizante, incluso está desaconsejado salvo en dosis mínimas (siempre relacionados al enraizamiento, no de macronutrientes). La muerte en este estadio es extremadamente común en los cultivadores novatos y se explica básicamente por la desmesura entre el estadio frágil de la plántula y las cantidades de agua, luz o nutrientes.

Cuando se trata de bancos de semillas, muchas veces la cuestión más urticante pasa por la política de garantía: esta es nuestra visión al respecto. Iremos de lo más simple a lo más complejo. Somos productores de semillas, breeders, y obtenemos nuestras semillas feminizadas con uno de los métodos más difundidos en el mundo. En este proceso no hay involucrado ninguna planta macho y, atisbando el más elemental conocimiento de genética, se entiende rápidamente que es 100% imposible que una semilla resultado de una cruza entre dos hembras (lo cual constituye la clave de una semilla feminizada) resulte macho: simplemente no hay genes machos en juego y por eso no pueden transmitirse a la herencia. Distinto es el caso del hermafroditismo, que puede ser ocasionado las más de las veces por el estrés a la que se someta la planta (siendo la contaminación lumínica el campeón en la inducción al hermafroditismo). Esto cae dentro de las pruebas que realizamos antes de comercializar las semillas.

Vamos a lo esencial: ¿qué tipo de garantía puede brindar un banco respecto de sus semillas? Siendo la semilla un ser vivo que requiere cuidados determinados y una sapiencia específica, se entiende que no es equiparable a cualquier otro producto. La comercialización de la semilla tiene lugar en circunstancias históricas y económicas concretas. El mérito del breeder es lograr determinada información genética a través de sucesivas cruzas, pero de ningún modo puede asegurar que el 100% de semillas que comercializa germinen. Puesto que él no puede estar allí para hacerlo le queda hacer las pruebas cuando aun las tiene en su poder y determinar, según el resultado de éstas, y a partir de criterios de mercado, cuáles son aptas para comercializar y cuáles no.

En el sistema actual se impone el imperio del consumidor y la mayoría de las veces éste olvida que, en otro rol, él es también un productor. Como consumidores somos víctimas de un delirio de efectividad, aquello que compramos debe funcionar sin importarnos las condiciones específicas de ese producto. Ahora bien: ¿no sería absurdo comprar una mascota y reclamar a quién se la compramos porque ésta falleció por falta de cuidados (alimentación, vacunación, afecto)? Lo mismo sucede con una semilla. Es un producto, de acuerdo, es comercializada como tal (el capitalismo lo comercia todo: cuerpos, salud, animales; todo entra en la categoría de mercancía), pero a diferencia de otros productos no nos ahorra un trabajo ni nos brinda una satisfacción inmediata, siendo en este sentido distinto a adquirir su fruto. Cuando uno compra una semilla el trabajo recién comienza, junto con el aprendizaje.

Esto no nos exime de realizar las pruebas pertinentes. A su vez, nos comprometemos con su cultivo brindando siempre más semillas de las que usted compra para cubrir una eventual falla en alguno de los estadios mencionados. Si su lectura alcanzó este final, le agradecemos por su interés y tenacidad, consideramos al cannabis como una oportunidad de expandir nuestra perspectiva sobre algunas cuestiones que hacen a nuestro día a día.